EL ORDEN DE LOS FACTORES ALTERA EL PRODUCTO PARTE III
¡Hola chic@s! ¿Listas para brillar?
¡Construyamos pues!
¡Construyamos pues!
Tenemos los cimientos, y ahora es
el momento de darle consistencia al rostro, profundidad, matices…y ahora que os
estoy comentando esto, me doy cuenta de que en cuanto al anterior producto—las
bases—podría haberme extendido más, pero bueno, miremos hacia adelante, porque
sobre ello volveremos en futuros post, así que ya os iré contando.
Vamos a por el corrector:
correctores hay muchos, así como texturas diversas, líquidos o en barra, por
ejemplo, que son los más usuales, pero antes que nada es necesario ver para qué
vamos a usarlos. En una rutina normal de maquillaje, (no quiero entrar a
debatir correctores más especializados para problemas concretos, de eso
hablaremos en un futuro en otro post), es decir, el corrector que nos ponemos después de la
base para disimular un poco—o mucho—los pliegues y el color de las ojeras, debe
tener el mismo tono que la base, pero ligeramente más claro, porque a la vez
que nos corrija, queremos que nos ilumine algo las zonas en donde lo
utilicemos.
El corrector lo vamos a colocar,
básicamente debajo de los ojos, como veis en la foto, y lo vamos a difuminar,
con una brocha o con los dedos, hasta que quede homogéneo en nuestra piel. Lo
importante del corrector, como su propio nombre indica, es que corrija la zona
de la ojera, que suele tener un color algo distinto al tono de nuestra piel,
bien rojizo, bien liláceo; y además, que ilumine un poco el rostro, por lo que
debemos buscar un color que sea ligeramente más claro que nuestra piel. Por
último comentaros un truquillo en cuanto al corrector: ahora en verano, que
buscamos un maquillaje ligero y a prueba de calores, para no notar nuestra piel
demasiado pesada, podríamos prescindir de poner base justo en el sitio del
corrector, y luego integrarlo todo, así, en la zona de la ojera, que suele ser
un lugar en el que se puede expandir el sudor, sobre todo si solemos usar gafas
de sol, no tenemos dos capas de producto sino solo una, y nuestra piel respira
mejor.
También podemos poner corrector en el entrecejo, que suele estar algo rojizo, nariz, aletas de la nariz o mentón, ¡no hay barreras!, nadie mejor que nosotras sabe en qué zonas necesita unificar el color.
Polvos para sellar: Muy bien, si estamos en este punto, pueden
ocurrir dos cosas, que todos nuestros productos en crema ya los hayamos
aplicado, o que no. Si estamos en el primer caso, es el momento de sellar
nuestro maquillaje, pero si tenemos, por ejemplo, un colorete en stick,
deberíamos aplicarlo antes de sellar el maquillaje, porque poner productos en crema después de los polvos suele ser sinónimo de
desastre.
Puede que no nos sea necesario
sellar nuestro maquillaje, por ejemplo, si tenéis la piel muy seca, pero por lo
general es un paso importante, ya que fijará la base y el resto de los
productos en crema, logrará una mayor duración de los mismos y combatirá en
cierta forma la humedad del rostro.
Volvamos a mi juventud, hace ya
diez largos años, y os diré que, antes de salir a la calle, jamás usaba polvos,
sencillamente, porque no sabía para qué hacían falta. De hecho, en alguna
ocasión, quise usarlos como base, por pereza, y acabé pensando que era un
producto malo, simplemente porque no le estaba dando un buen uso. A lo que iba,
me aplicaba la base y salía, tan tranquila, y luego, cada vez que me tocaba la
cara, me lamentaba de tenerla pringosa, y cada vez que me la rozaba con los
dedos, me llevaba parte del maquillaje conmigo. Eso era culpa de dos cosas: primero del maquillaje, que tenía una gran
transferencia, pero segundo mía, por no sellar.
Desde luego, cuando un maquillaje
queda húmedo en el rostro, puede que no sea sólo que no se ha acabado de asentar, sino que
necesite un poco de ayuda extra: los polvos. En mi piel mixta siento que es muy
importante sellar la base y el corrector, mi cara lo agradece, y desde luego,
mis manos, ya que me puedo tocar la cara sin mancharme de base, así como, rozar
la ropa sin miedo a mancharla, y otras múltiples ventajas que tiene el sellado.
Sellar, se sella con polvo. Pero
no acaba ahí: ¿qué polvos? Los hay compactos, sueltos, con color,
translúcidos…de nuevo una gran variedad de productos que nos pueden despistar,
pero no os preocupéis, porque se trata de saber lo que se busca, y entonces sabremos
hacía que producto dirigirnos.
Así, sin extenderme mucho, os
diré que los polvos compactos y con color son más recomendables cuando se trata
de ayudar a la cobertura de la base, mientras que si lo que se busca es
simplemente sellar, unos polvos sueltos pueden ser mejor opción, y también
serán menos pesados en el rostro.
Contorno y bronzer: Me vais a permitir una pequeña licencia, y es
hablaros de estos productos en conjunto y no por separado. Como siempre os digo
no soy profesional, ni he hecho ningún curso de maquillaje (aunque me gustaría
hacer alguno, pero para ello tendré que esperar a que los niños sean algo
mayores) por eso, el tema del contorno es algo con lo que todavía no me atrevo,
sin embargo sí marco ligeramente el pómulo, porque si no, el rostro sería
completamente neutro, y no se trata de eso, no se trata sólo de borrar, sino de rehacer.
No obstante, no uso para ello un
producto de contorno sino un bronceador cuyo tono me está oscuro. Así es,
chicas, lo bueno de la cosmética es que ciertos productos son muy versátiles, y
se les pueden dar usos diversos. Yo ahora mismo, en mi colección de maquillaje
no tengo ningún producto específico para hacer el contorno, pero entiendo su
importancia, la importancia de resaltar el pómulo, de darle profundidad al
rostro y lo hago con un bronceador maravillosísimo pero que para mi piel,
resulta oscuro, así es como resalto la línea del pómulo, y después ya aplico
otro producto, esta vez un bronzer más adecuado a mi piel, para darle un toque
de color. En la foto de abajo, veis que no he aplicado el bronceador en polvo
del que os hablo, simplemente porque se me ha acabado y no lo he comprado
todavía, así que uso una base oscura, que, en un momento dado también nos puede
servir.
Con el producto que elijáis, se
tratará de hacer una línea desde más o menos la oreja hasta más o menos la
mitad del ojo, pero por debajo del pómulo (como en la foto) y difuminarlo
mucho, hasta conseguir en efecto deseado, una ligera oscuridad en esa zona que
nos resalte el pómulo.
En cuando a los bronceadores aquí hemos llegado al
culmen de lo que he aprendido desde que uso maquillaje: ¡sí! ¡Este es el producto adecuado para darle color a vuestras caras!. Pues
lo dicho chicas, hay que usar este producto para lo que su nombre indica, dar
un ligero bronceado a la cara que nos haga parecer saludables, aplicándolo por
la frente, mejillas y debajo de la barbilla haciendo un 3 en nuestra cara, y ya
después un poco por todo el rostro, muy ligeramente (para que me entendáis la linea del contorno vendría a ser la ralla de en medio de nuestro 3).
Y eso es todo por hoy, me despido ya y os recuerdo que mañana tendréis una nueva entrega (esta semana me estoy portando ¿eh?) en la que probablemente acabemos con los productos para el rostro. Como ya sabéis mis líneas de contacto son o bien un comentario en el blog (¡animaos!, me gustaría saber qué pensáis sobre lo que leéis) o bien un e-mail a madreyluegoexisto@gmail.com; ciao chicas, sé que estáis listas para brillar. (Y no dejéis que nadie os diga lo contrario).
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