HAY DÍAS NUBLADOS

Hola chicas, de nuevo siento haberme retrasado con la publicación, ayer fue un día de locos, de esos en los que no encuentras tus cinco minutos para dedicarle al ocio, en mi caso, mi ocio es esto, sois vosotras. Sin embargo no pude ni encender el ordenador, o mejor dicho, cuando lo encendí, a las 23h tuve enseguida que volverlo a apagar porque me reclamaban asuntos de los que no admiten espera. Así que mi semana top, en el que pensaba publicaros un artículo cada día, ya empezó coja, sin publicación el lunes, que, además, es día de publicación, así que os propongo una cosa, ¿Qué tal si lo dejamos para la semana que viene? No es una promesa, no quiero tener que romperla, es una intención.

Por contra, lo que os quiero explicar hoy es que hay días turbios, días en los que ni un pintalabios te consigue arrancar una sonrisa, y ¿qué hacer cuando se tiene un día así? Bueno, mi consejo es que os los pintéis igual, no hay que mostrar al mundo necesariamente como te sientes, pero en cuanto a tí, que eres lo que importa, pues bueno, respira, cuenta hasta diez, y siéntate a esperar que pase la tormenta.

Hay pocas cosas que no tengan solución, pero si estás ante una de esas cosas tienes que saber que aunque te parezca imposible, tarde o temprano aprenderás a vivir con ello, con ese dolor, con ese puñal, con ese poso de tristeza o melancolía, con ese tema no resuelto...¿Qué más da lo que te haya ocurrido? Hay que mirar hacía delante, y lo pasado, pasado.

Lo que tengo claro es que no hay que pedir disculpas por tener un día  nublado, hay que pasarlo y punto. Y si hoy es para ti uno de esos días en lo que ni tu mejor sombra de ojos, esa con shimmer, esa metalizada, te hace sonreír, pues no sonrías, estas en tu derecho; y los que te quieren lo entenderán, y los que no te quieren pues, la verdad ¿qué más te da?

Así que, como decía Escarlata O'hara, mañana será otro día.

Y si hoy no estamos listas para brillar, mañana lo estaremos, no hay que forzar.